Una vez conocido el tema y asignado el tutor/a del TFG, comienza el período que más incertidumbres genera en los estudiantes universitarios. Lo tienes todo y te sobra energía, pero… te sientes perdido/a. En tu cabeza se arremolinan preguntas que no te atreves a hacer en voz alta. ¿Por dónde empezar una investigación? ¿Cómo buscar y manejar información? ¿A qué debes dar importancia y cómo leer el material? Te facilito claves para no perderte.

1. Oriéntate a objetivos
Hacer un plan de investigación previo te ayudará a manejar lo que quieres buscar y a no irte por las ramas [para ello puedes echar un vistazo a Cómo hacer un plan de investigación primera y segunda parte]. La lectura recreativa se hace por placer, pero la lectura con fines académicos nunca puede ser ingenua. Tienes que leer siempre con un objetivo.
2. Prioriza tus lecturas
En la lectura recreativa el texto se despliega ante ti, pero en la lectura académica debes ir tú al texto. En función de los objetivos que te hayas marcado, decide qué vas a leer y en qué orden. Vete relacionando las lecturas con lo que te interesa contar o resaltar en tu TFG. La técnica se mejora con la práctica: cuanta más lectura selectiva hagas, más rápido y más eficaz serás.
3. Mantén la información bajo control
A veces, la producción de artículos sobre un tema es inmensa. En caso de sobreabundancia de información, elige criterios válidos para seleccionarla. Ejemplos: año de publicación, idioma o cobertura (nacional, internacional, europea, mundial…). En Docendo Discitur puedo seleccionar y resumir por ti las fuentes de tu TFG o TFM, para ahorrarte tiempo y quebraderos de cabeza.
4. Escribe tus pensamientos
Es importante que cuentes con una estructura personal y propia que otorgue lógica a toda la información que resumas y analices. Cualquier método de organización es válido, siempre que te resulte útil y esté ordenado de acuerdo a un criterio (temático, alfabético…). Debes usarlo de manera continua y coherente durante todo el proceso. Es básico para poder trabajar cómodamente con mucha información sin tener que memorizar todo. ¡No tiene sentido que hagas anotaciones si luego no sabes dónde están o cómo relacionarlas entre sí!
5. Trabaja con mimo y rigor
Debes perseguir la calidad y la adecuación a tu tema en todo el material que utilices. Desconfía siempre de fuentes anónimas, sin bibliografía final o cuya procedencia no puedas comprobar. Extrema la atención con los fragmentos que copies literalmente para hacer citas (autor/a, procedencia y página). Si lo haces mal, puedes cometer plagio por descuido. Al redactar, siempre tiene que quedar muy claro cuándo habla otro autor o tú estás tomando prestadas ideas de otros. Plagiar es un delito y no se admite en ningún caso. Huye de esta práctica si no quieres arruinar tu TFG. En Docendo Discitur puedo evaluar y mejorar tu trabajo para evitar plagios.
6. Añade algo personal
Investigar es un proceso que debe dejar en ti alguna huella personal, sea cual sea el resultado. El tribunal de tu TFG espera que interpretes lo que autores y documentos dicen y sus implicaciones. No te limites solo a reproducir, deja tu impronta: plantea problemas, haz preguntas o establece tus propias conclusiones. Sé honesto/a y no sobredimensiones tus resultados: explica también sus limitaciones y posibles vías de mejora o investigación suplementaria en el futuro. Puede que no ganes el Nobel, pero estás demostrando madurez y un aprendizaje competente de todo lo que has leído.
Es normal sentirse desbordado/a en algún momento de la investigación, especialmente si es la primera vez que abordas un TFG. Mantén la calma y sigue un orden. Pero si no puedes solo/a, en Docendo Discitur puedo ayudarte.
Este contenido es una versión modificada de un post del que soy autora publicado en Biblogtecarios el 31/05/2017 y que puedes leer íntegro aquí.
7 comentarios en “TFG: ¿por dónde empezar?”
Los comentarios están cerrados.