Defensa oral, TFG, TFM

5 consejos para triunfar con un TFG o TFM

La realización y exposición de un TFG o TFM persigue como objetivo evaluar las capacidades y competencias que el alumnado ha adquirido durante sus estudios previos (grado o máster) aplicadas a un contexto concreto relacionado con su ámbito de estudio. Es decirpasar de la teoría a la práctica con rigor, sentido crítico e ideas propias. 

Las guías que las universidades editan para sus estudiantes suelen dar una idea muy general de la estructura que debe seguir el trabajo y alertan contra los peligros del plagio. Pero, realmente, no ofrecen claves que el alumnado novel pueda seguir para realizar el proceso con cierta seguridad. ¿Qué es lo que más valoran los evaluadores de estos trabajos académicos? En Docendo Discitur te doy esa información que siempre has querido tener y no sabes donde encontrar.

Niños TFG
Hacer un trabajo académico es complejo pero también gratificante [Imagen: Pixabay]

1. Piensa y crea

Busca puntos de vista novedosos, enfoques que no se hayan tratado antes, actividades nuevas o modificadas por ti, ideas para solucionar situaciones concretas, etc. Investigar es un acto de creación intelectual y por tanto pierde su sentido si solo vas a repetir ideas ajenas. Tienes que organizarte para ser productivo. Debes estar seguro/a de que vas a aportar algo al tema elegido (hay muchas formas de ayudar a brotar las ideas). Se puede conseguir tanto en temas de orientación teórica (revisiones bibliográficas) como práctica (proyectos docentes, estudios de caso, investigaciones cualitativas, etc…). La clave está en dedicar tiempo a pensar las metodologías, reflexiones o intervenciones que quieras proponer. Las lecturas previas que hagas deben ser el carburante que te lleve a intentar dar siempre un paso más. Metodología sólida y claridad expositiva son apuestas seguras de éxito.

2. Busca buena bibliografía

La información que utilices debe ser rigurosa y estar actualizada (puedes pedir indicaciones a tu tutor aunque, eso sí, sin pasarte). Desestima todas aquellas fuentes que sean anónimas o de las que no puedas dar referencias completas (autor, título, año y lugar de publicación como mínimo). No basta con seleccionar solo aquellos autores que avalen las ideas que más te interesen, sino también otros que las maticen, para poder ofrecer una síntesis de la cuestión y dar tu propio punto de vista en función de lo que has leído. Huye de las generalizaciones a secas: debes basarte en autores que apoyen tus afirmaciones y citarlos adecuadamente. No incluyas ninguna idea que no seas capaz de argumentar y justificar con tus propias palabras. 

3. Céntrate en tus objetivos

Una investigación siempre surge como respuesta a una o varias preguntas. El diseño de objetivos suele generar muchas dudas en investigadores principiantes, pero es un paso imprescindible para que el trabajo tenga calidad científica. Deben ser realistas y medibles, formulados siempre con un verbo en infinitivo (idealmente, cada objetivo debe ocupar dos líneas como máximo). Tienes que explicar qué es lo que buscas y qué métodos vas a emplear para lograrlo. Al abordar los resultados, debe hacerse una mención expresa  a los objetivos para ver si se han cumplido (ya sea total o parcialmente). Este es un apartado crucial que no necesita relleno: ve al meollo de la cuestión y evita divagar. Te será más fácil hacerlo si tus objetivos están bien planteados. Y por supuesto, no olvides elegir bien el título de tu investigación.

4. Aporta tu toque

El apartado de conclusiones permite sintetizar todo lo que se ha tratado a lo largo del trabajo. Pero no se trata de un simple resumen aséptico: el tribunal quiere conocer las opiniones y valoraciones del estudiante respecto al tema. Piensa que van a tratarte como a un futuro/a profesional de tu ámbito. Tus conclusiones deben incluir respuesta a preguntas como: ¿cual es tu valoración personal del tema? ¿qué aspectos positivos y negativos destacarías? ¿qué partes del TFG / TFM son susceptibles de ampliarse en el futuro? El hecho de elaborar el trabajo académico que se está evaluando implica un proceso de maduración y ahora el aspirante sabe más de lo que sabía al inicio: es el momento de demostrar lo que se ha aprendido. Para construir una imagen profesional que te ayude a destacar no debes descuidar ningún detalle y eso incluye elegir bien el vestuario que llevarás al acto de defensa.

5. Haz una defensa sólida

Una exposición pública requiere dominio del tema y capacidad de síntesis. Aspectos como la seguridad, la fluidez y la ausencia de contradicciones en la contestación de preguntas permiten al tribunal comprobar el grado de madurez del aspirante, no solo a nivel investigador, sino también a nivel personal. Puede marcar diferencias importantes en la calificación final. Si tienes dudas, lee además en este blog cómo arrasar en la defensa o cómo contestar al tribunal.

Recuerda que en Docendo Discitur te prestamos apoyo personalizado en todas las fases de tu investigación. Somos profesionales con experiencia docente e investigadora en universidad pública. No hablamos desde la teoría, sino que conocemos las entrañas del proceso. ¡Puedes conseguirlo! Confía en profesionales y tu camino al éxito será mucho más sencillo.