TFG, TFM

TFG: 4 cosas que haces mal

La idea de ponerse a redactar un TFG es algo que genera todo tipo de emociones, generalmente ninguna positiva: al desconocimiento de saber por dónde empezar se suma la ansiedad e incluso el miedo. Es lógico: nadie te prepara para algo que desconoces y que, con un poco de suerte, llega a tu vida en el último año de Grado, justo el más complejo por los últimos exámenes, las Prácticas y la inminencia de la entrada en el mercado laboral.

Ya hemos abordado en este blog cómo preparase para empezar el TFG e incluso hemos desvelado esas verdades del TFG que nadie te ha contado. Hoy quiero ir un paso más allá y explicar en sencillos tips esas cosas que haces mal al abordar el TFG por puro desconocimiento y cómo evitarlas de inicio. Ojo, no se trata de despistes que te corregirá el tutor, sino errores básicos que te hacen perder tiempo porque nadie te ha enseñado a no cometerlos. El objetivo de este post, basado en mi experiencia de once años corrigiendo trabajos académicos, es dar indicaciones para saltarse los errores más comunes y hacer planteamientos realistas. Vamos a ver qué haces mal en el TFG y cómo empezar a hacerlo bien.

Los errores son aprendizaje, pero en el TFG es prioritario optimizar tu esfuerzo [Imagen: Pexels]

1. Organizar (mal) el contenido

Esto resulta fundamental, no solo por obvio, sino para tener claras las fases de trabajo. Lo repito por activa y por pasiva: un TFG nunca se empieza por el principio, sino por el centro. La primera fase debe ser la propia investigación (ya sea bibliográfica o empírica) y a partir de ella, nacerán todas las demás. Si intentas empezar por la introducción, te desmotivarás rápido porque aún no sabes cuánto puede dar de sí tu tema. [Tal vez también te interese: Cómo hacer un plan de investigación].

2. Hacer un resumen escolar

Este fallo común no es culpa tuya, sino de la universidad que cree que por hacer una investigación serás capaz de resumirla con criterios documentales. Y no. A hacerlo se aprende y tú, esforzado estudiante, no eres un documentalista (salvo que estudies Biblioteconomía y Documentación). El resumen de un TFG no se parece a los que hacías en Primaria, sino que sirve de sustituto del original (para que el lector decida si leerlo completo) y debe utilizar el mismo lenguaje del resto del trabajo. Ten claras tres cosas: siempre en un único párrafo, representativo y sin superar las 200 palabras. Por favor, no caigas en la tentación de traducirlo con Google Translator. Busca en el repositorio de tu Universidad otros resúmenes para ver ejemplos (el resumen IRMD, muy utilizado en Ciencias Biomédicas, es un caso especial). Pero si lo que quieres es un resultado profesional en poco tiempo, consúltame: hago cientos de resúmenes documentales al año en español e inglés. Seguro que te quito ese dolor de cabeza en un periquete.

3. Ignorar la metodología

Digámoslo ya: la metodología da miedo. ¿Y qué hace un humano ante el miedo? Huir. Esto puede servir si está a punto de morderte un cocodrilo, pero no podrás escapar de la metodología de tu TFG. Dedicarle poco tiempo o espacio solo servirá para repetir convocatoria. Así que antes de nada, lee un buen manual (como mi Sobrevivir al TFG), plantéate las preguntas adecuadas (¿qué tipo de investigación me conviene más? ¿cómo la abordo? ¿cómo la valido? ¿qué materiales, autorizaciones, permisos… voy a necesitar?) y consulta a tu persona tutora todas las dudas que tengas. Sí, las cien mil dudas que seguramente tendrás. También puedes pedirme asesoramiento si necesitas apoyo constante. Más vale eso que un suspenso.

4. Dejar las referencias para luego

El exceso de energía con la que se suele empezar el TFG juega una mala pasada muy clásica: creer que te acordarás de dónde provenía ese párrafo tan interesante o esa tabla que quieres incluir en tu marco teórico. Si solo tienes media docena de referencias será sencillo, pero cuando lleves escritas 18 páginas de estado de la cuestión y te hayas olvidado de poner las páginas de las citas bibliográficas, tu persona tutora empezará a hiperventilar y tú te tirarás de los pelos. Para evitarlo, crea una carpeta con fichas, donde incluyas todos los datos imprescindibles para construir las referencias. Aviso: es posible que no llegues a usarlas todas, pero no importa. Lo realmente valioso de adquirir esta rutina es que no falte ningún dato clave cuando necesites encontrarlo. Créeme: después de tanto esfuerzo, tu cerebro agradecerá no tener que revisar las citas y sus comillas una por una. También puedes consultarme: mi servicio de adecuación bibliográfica hará subir nota a tu TFG.

Y tú, ¿conocías estos errores comunes? ¿los has cometido en tu TFG creyendo que lo estabas haciendo bien? Tranquilo, tranquila: son normales en un investigador novel. Docendo Discitur nació en 2012 justamente para eso: para acompañarte en tu camino y vigilar que no tropieces en sus baches. ¡Consúltame tus necesidades y diseñaré un plan personalizado para tí!