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Primera reunión TFG: 3 preguntas para salir feliz

Vuelvo a un tema recurrente en este blog: empezar el TFG y, a ser posible empezarlo sin ansiedad. Pero en este caso, quiero abordarlo desde otra perspectiva: cómo plantear la primera cita del TFG con el tutor o tutora. [Puedes leer aquí: El tutor, el TFG y tú: 4 claves para que funcione]

La relación de un estudiante con su tutor, igual que la relación de un paciente con su médico, es una relación especial. Lo es a nivel antropológico, laboral y psico-social, porque ambos están en situaciones diferentes y tienen conocimientos diferentes. Esto les coloca en posiciones diferentes al principio, que deberían ir acercándose a medida que el proceso de enseñanza-aprendizaje opere su magia transformadora. Porque si algo sé a ciencia cierta tras muchos años dando clase en la universidad es que todos ganamos algo en el camino.

Puede ocurrir que el profesor ya conozca a su dirigido, e incluso tenga buena relación con él o ella. También puede ocurrir lo contrario. Incluso que el tutor sea de una materia relacionada pero no ligada directamente al tema del TFG (esto no debería permitirse, pero hay tanto alumnado egresado que no hay forma de atender bien la demanda). [Puedes leer aquí: TFG: 4 preguntas incómodas (por fin) respondidas] ¿Qué hacer, decir o esperar de esa primera reunión del TFG? A esa pregunta intentará dar respuesta este post. Sigue leyendo para descubrir 3 preguntas que hacer a tu tutor para salir con ganas de empezar el TFG.

Gestión de expectativas y asertividad facilitan la primera reunión del TFG [Imagen: Pexels]

1. ¿Cómo vamos a comunicarnos durante el TFG?

Una buena comunicación es clave en la pareja, en el trabajo, en la vida y en el TFG. Estamos hechos de neuronas, lenguaje y emociones. Si la naturaleza nos ha dado la poderosa herramienta del lenguaje, usémosla. Pactar las formas de comunicación, sus canales, su regularidad, ofrece seguridad al alumno y predictibilidad al profesor. Ojo: tampoco hay que obsesionarse con las frecuencias, ni entrar en pánico si alguno se retrasa, pero los pactos están para cumplirlos. El objetivo es que ambos sepáis que estáis unidos por un hilo digital mientras dura el TFG.

2. ¿Qué debo hacer de forma autónoma durante el TFG?

Tal vez, la pregunta más importante para el estudiante y la que más quebraderos de cabeza le causa, por una sencilla razón: nunca se ha atrevido a formularla. Al igual que sucede con la relaciones de pareja o amistad, la gestión de expectativas puede arruinar muchos inicios prometedores. Ser asertivos respecto a lo que el tutor va a facilitar al alumno de TFG y de qué manera, abre el camino a una comunicación más libre. Si existen dudas, vacíos de conocimiento, miedos o inseguridades respecto a algún tema, este es el momento de exponerlas, para asegurarse de que el estudiante de TFG saldrá de la reunión con una idea más o menos clara de lo que tiene que enfrentar. No conozco a nadie que se haya sentido peor después de reconocer que desconoce algo; lo realmente grave es guardárselo y permitir que vaya creando una herida que empezará a sangrar en el peor momento. Hablar con sinceridad y sin prejuicios, pedir ayuda y agradecerla son siempre buenas bases.

3. ¿Cómo sabré que estoy progresando con el TFG?

Si garantizar canales constantes de comunicación es vital, asegurar el feedback es primordial. No se trata de firmar un contrato de respuesta en menos de 24 horas, pero sí, de establecer a partir de cuándo se le va a exigir al estudiante que presente lo que ha realizado del TFG y en cuánto tiempo promedio va a recibir correcciones. Hay tutores minuciosos que piden partes y hay otros que solo quieren corregir borradores completos. Ningún sistema es peor que otro. Puede ser bueno también abrir un archivo compartido en la nube en el que cada uno vaya cumpliendo tareas y anotando incidencias o dudas a resolver. En cualquier caso, las indicaciones al estudiante deben ser concisas, claras y motivadoras. El alma del TFG pasa por desencadenar un proceso de investigación que enriquezca al estudiante y mantenga alerta al profesor. Son muchos los alumnos y alumnas que escriben a mi blog temerosos de las correcciones y yo siempre les digo: el error es aprendizaje.

El tutor o tutora es una parte esencial de la experiencia de hacer el TFG. Además de lo ya expuesto, viene bien recordar 3 cosas que no debes exigirle o Qué hacer si necesitas cambiar de tutor. Por encima de todo, tutor y estudiante de TFG deben tener claro que se han subido al mismo barco y de ambos depende hacer juntos la mejor travesía posible. El resultado suele merecer la pena. ¡Docendo Discitur está a tu servicio si necesitas apoyo extra!