Actualidad, Plagio, Tesis, TFM

6 respuestas para salir de dudas sobre la tesis de Sánchez y el TFM de Montón

En los últimos meses, TFM y tesis no dejan de acaparar titulares en España. Y no por motivos positivos. Cuando todavía no nos habíamos recuperado del caso Cifuentes, las dudas se cernieron sobre los estudios cursados por Pablo Casado. Además, este mismo mes la exministra de Sanidad Carmen Montón tuvo que dimitir al descubrirse irregularidades en su Máster, que incluían numerosos plagios en su TFM. Unos días después, era el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien veía cuestionada la originalidad de su tesis doctoral. El currículo académico ha acabado convertido en arma arrojadiza de la política española.

Colas inauditas para ver una tesis, acusaciones cruzadas, referencias a TESEO y montañas de papeles en los platós de la tele. ¿Qué está pasando? Personalmente, creo que los títulos académicos de una persona no determinan su capacidad para ser un buen o mal gobernante. Pero lo cierto es que esta guerra mediática de títulos ya se ha cobrado una víctima: la veracidad. Por eso creo que es importante hacer divulgación sensata y con conocimiento de causa. Para quienes hemos sido docentes en la universidad, no es nueva la tendencia de los estudiantes a saltarse la ética científica y ahorrarse esfuerzos por la vía rápida. Ahora, esta lluvia de casos reales me ayuda de paso a traer a la actualidad uno de los temas que más me han preocupado e interesado desde que tuve mi primer encargo de docencia allá por el año 2004: la lucha contra el plagio. Este blog también sigue la actualidad para proponer reflexiones sosegadas, así que vamos a explicar con claridad cómo se accede a una tesis, que es un plagio y por qué no es ético cometerlo.  

Carmen y Pedro
La sombra del plagio ha llegado a miembros del Gobierno. En la imagen, P. Sánchez y C. Montón. [Imagen: OKdiario]

1. ¿Qué distingue al plagio de la copia?

Fundamentalmente la negación de la autoría y la atribución falsa. Es decir, el plagio es una versión sofisticada de la mera copia, porque permite a la persona plagiaria atribuirse un contenido que no es suyo. Hablando claro: es robar ideas, por lo que constituye un delito contra la propiedad intelectual. En la redacción y publicación científica ignorar la autoría de otra persona es una falta de ética muy grave que puede comprometer para siempre la carrera de un investigador/a.

2. ¿Se puede detectar el plagio?

Sí, y muy rápido. Hace años, cuando Internet no se había generalizado, detectar plagios era muy complicado, y más aún probarlos para ganar un juicio. Tal vez por ello, muchos estudiantes creen que no se va a descubrir y no se preocupan de la calidad de sus TFG o TFM. Grave error. Hoy día existen numerosos programas informáticos para detectar plagio (puedes consultar un listado aquí). Así que cuidado con el falso mito de que el plagio es indetectable: te pueden pillar y además te quedarás sin TFM, sin Máster… y hasta sin cargo ministerial.

3. Entonces, ¿no se puede citar literalmente?

Claro que sí. De hecho no solo se puede, sino que se debe. Dar crédito adecuado a las investigaciones hechas por otras personas aumenta la calidad de los trabajos y demuestra que el autor/a conoce a la perfección el método científico y no parte de cero en su propia investigación. Pero citar implica utilizar un protocolo que permita saber que esas ideas no son vuestras, sino de otro/a y reconocerlo como es debido (ya hablé de ello en este post de Biblogtecarios). Tipográficamente, las citas textuales deben ir siempre entrecomilladas. Al final del trabajo deben recogerse todas las referencias bibliográficas utilizadas, de acuerdo a una norma de citación (hay muchas, hablaré de ellas en futuros posts). Resumiendo: plagiar es engañar, citar es copiar con respeto.

4. ¿Cómo funciona un software antiplagio?

Al introducir un texto para comprobación, el programa señala las concordancias y ofrece la fuente de donde han sido extraídas, siempre que esté disponible en Internet. Hay que tener en cuenta que se trata de concordancias exactas, por lo que también se incluyen las citas aunque se hayan hecho correctamente. En este sentido, hay que aclarar que ningún software es 100% eficaz ni es posible hacer un trabajo académico que arroje un 0% de plagio. Como toda investigación lleva citas, a modo orientativo se considera que un 15-20% es un porcentaje aceptable que no compromete la calidad de un TFG, TFM o tesis (no es una ley exacta: influyen factores como el volumen de información publicada sobre el tema o la amplitud del marco teórico de cada investigación, entre otros). Pero para saber si es así, habría que comprobar una a una las citas incluidas y su correspondencia en la lista de referencias. La tecnología puede ser una ayuda, pero no es omnipotente ni infalible.

5. ¿Dónde se guardan y consultan las  tesis doctorales?

Las tesis doctorales tienen la consideración de literatura gris, semipublicada o invisible, es decir,  un tipo de documentación que no sale a la luz por canales convencionales (editoriales). Eso no quiere decir que estén ocultas. De hecho, cuando un/a doctorando/a  deposita su tesis en el Departamento antes del acto público de lectura, se abre un plazo de varios  días durante los cuales cualquier persona con el título de doctor/a puede verla y formular alegaciones. Una vez defendida y aprobada, una copia de la tesis pasa a formar parte del acervo de conocimiento generado por la universidad. La biblioteca universitaria correspondiente la tiene bajo custodia y está obligada a facilitar su consulta previa solicitud. Hace años suponía tener que desplazarse para hacerla in situ. Actualmente también se puede acceder a ellas por medios digitales. El artículo 14 del Real Decreto 99/2011, por el que se regulan las enseñanzas oficiales de doctorado establece que «una vez aprobada la tesis doctoral, la universidad tiene que ocuparse de su archivo en formato electrónico abierto en un repositorio institucional y tiene que remitir, en formato electrónico, un ejemplar de esta tesis y toda la información complementaria que sea necesaria al Ministerio de Educación, a los efectos oportunos». Para ello, el Ministerio mantiene la base de datos TESEO que recoge registros de tesis defendidas desde 1976 en universidades españolas. En origen, solo mostraba una ficha con datos genéricos (autor, título, fecha de lectura, universidad, tribunal y resumen), pero ahora va incorporando también ficheros a texto completo (se actualiza lentamente). Así, las universidades han creado sus propios repositorios: archivos online donde se pueden ver y consultar sus tesis para cumplir el precepto legislativo.

6. ¿Cómo afecta el plagio a un estudiante?

Muchos estudiantes estaréis pensando que no es para tanto. Pero si hace caer cargos políticos y lleva gente a los tribunales, algo muy serio habrá detrás. El plagio neutraliza los avances científicos porque elimina el margen de innovación y mejora que se espera de la Ciencia. Si todo se copia (incluidos los errores), nada avanza. En primer lugar, todo trabajo que haya sido plagiado queda invalidado y supone apertura de expediente disciplinario al estudiante. Además siembra desconfianza, creándole una imagen de persona no fiable. Cualquier seleccionador/a de personal se cortaría las manos antes de contratar a alguien que ha obtenido un título de manera fraudulenta. Los motivos para  huir del plagio abundan. Piensa que te estás jugando tu pan y tu futuro.

Como ves, la ética es necesaria también para construir una carrera profesional. Si necesitas ayuda para hacer citas correctas o quieres evitar el plagio en tu TFG, TFM o tesis, no dudes en consultarme.