Primer empleo, TFG

4 razones por las que el TFG enriquecerá tu vida laboral

El TFG no es solo una prueba más, un requisito antes de tener entre manos el ansiado título que acredita a quien lo posee como graduado/a. Tiene importantes implicaciones para la vida laboral del estudiante, aunque a veces no sean del todo evidentes.  No se trata de amedrentar ni meter presión. Simplemente el hecho de hablar con naturalidad sobre el tema con antelación suficiente contribuiría a apreciarlo en su justa dimensión curricular y pedagógica, evitando de paso, la aparición de emociones negativas que pueden transformarse en lastres emocionales. El valor y sentido que atribuimos a lo que aprendemos tiene su propio rol en el estilo de aprendizaje de cada persona. Por ello, considero que resulta fundamental dar tiempo a que los estudiantes integren el valor del TFG en sus vidas.

TFG TFM éxito laboral
El TFG es algo más que una obligación: es parte de tu entrenamiento [Imagen: Pixabay]

El TFG está pensado para valorar cómo ha sido un estudiante capaz de usar todo lo aprendido y plasmarlo en algo tangible, innovador y socialmente útil. Se le exige un esfuerzo de creatividad, de originalidad y de reflexión. Mucho de lo que el estudiante es como ser humanos y como profesional en ciernes, debe estar recogido en el espíritu de la investigación. He aquí potentes razones para ver el TFG con otros ojos de cara a la integración en el mundo laboral.

1. Te ayuda a entender las responsabilidades de tu oficio

Si quieres hacerlo bien, estás obligado a documentarte sobre el marco legal, teórico, técnico, ético y deontológico en el que se inscribe la actividad profesional para la que te habilita el grado en cuestión. Para ejercer cualquier profesión es fundamental tener un profundo conocimiento de sus bases y su regulación legal. Ningún TFG tendrá éxito si no está concebido desde esta premisa.

2. Te obliga a trabajar por objetivos, como en las empresas 

Al obligar al estudiante a buscar y hacer explícitas las metas de investigación que se propone, así como los métodos y los medios empleados para ello, le pone en el compromiso de cumplirlas, siempre desde expectativas alcanzables.

3. Te enseña lo que quiere cualquier jefe: a resolver problemas

El tema de la investigación surge del deseo de mejorar algo, de la exploración, del deseo de innovar… Sin preguntas no hay investigación. Por tanto, cualquier TFG, por modesto que sea, hace avanzar la sociedad en pos de una mayor eficiencia. El pensamiento crítico es una baza eficaz en cualquier escenario laboral.

4. Te coloca frente a la realidad de tu profesión

Desarrollar empatía hacia las necesidades de futuros clientes, usuarios o alumnado, como base desde la que guiar la intervención profesional es fundamental y muy valioso. Un trabajador/a social, educador/a, filólogo/a, sociólogo/a… trabajará mejor si conoce las necesidades de los destinatarios de sus intervenciones. Practicar con un caso, diseñar una programación didáctica o proponer una intervención social, son  ejemplos de las mejores formas de aprenderlo.

Un TFG siempre va a aportar mucho más que una simple nota para ganar una titulación. Algunos de esos aportes son inmediatos y otros solo se aprecian a medio y largo plazo. Por eso, tómatelo en serio: en Docendo Discitur sé cómo ayudarte.