Siguiendo con nuestra sección de técnicas de estudio, hoy vamos a hablar de la técnica pomodoro (tomate en italiano) para optimizar tu tiempo en la universidad. Creada por el italiano Francesco Cirillo en la década de los ochenta del siglo pasado, sigue siendo muy utilizada por estudiantes de cualquier nivel, ya que se adapta a todo tipo de tareas y es fácil de aplicar. ¿Y qué tienen que ver los tomates en esto? Enseguida lo veremos.
La mecánica es muy sencilla:
- Dividir el objetivo en varias tareas o actividades a realizar (por ejemplo, estudiar X número de temas de X materia) haciendo una estimación del tiempo total necesario.
- Activar un temporizador (el creador utilizó uno de cocina con forma de tomate, de ahí su nombre).
- Trabajar en la tarea de manera intensiva hasta que suene el temporizador (normalmente 25 minutos).
- Hacer una marca para anotar qué pomodoro se ha completado (por ejemplo, el primero de cuatro).
- Hacer una pausa breve (5 minutos) sin abandonar el lugar de estudio.
- Cada cuatro pomodoros, hacer una pausa más larga (15 minutos) en la que está permitido levantarse y salir del lugar de estudio para estirar las piernas, beber, etc.
En definitiva, se trata de administrar el tiempo de manera racional para aumentar la productividad. A veces puede costar un poco coger el ritmo, pero quienes la prueban repiten porque a la larga funciona y minimiza las pérdidas de tiempo. Me voy a centrar en los exámenes porque estamos en la época, pero también puedes usarla para hacer tu TFG o TFM. A continuación ofrezco unos consejos para sacarle partido si te animas a probarla.

1. Averigua qué tareas te llevan más y menos tiempo
Para poder aplicarla bien, identifica primero cuánto tiempo consumes en cada actividad, de manera que puedas distribuir lo mejor posible los pomodoros. Por ejemplo: un pomodoro para contestar correos de tu tutor, cuatro pomodoros para hacer esquemas de X materia y seis pomodoros para estudiarlos.
2. Detecta las distracciones y anótalas
La clave del éxito es proteger el pomodoro, es decir, blindarlo contra los ladrones de tiempo. Si durante el mismo pierdes la concentración o sucede algo que te altera, anótalo. Es normal las primeras veces, pero para atajarlo debes identificarlo. Desactiva las notificaciones del móvil y no intentes dividir la atención hacia varias cosas. Piensa que nuestro cerebro ya hace un montón de funciones a la vez de manera automática (respirar, bombear sangre, activar los músculos para mantener la postura, recoger datos sobre el entorno y asimilar los estímulos del exterior). La famosa multitarea está muy bien para los dispositivos tecnológicos, pero nuestra memoria no es exactamente un procesador. Para hacer un aprendizaje de calidad que permita asimilar activamente la información, es fundamental concentrarse.
3. Recapitula dentro de cada pomodoro
Antes de finalizar, dedica los últimos minutos a recapitular, resumir y re-pensar lo que has realizado. Tomar conciencia de los avances refuerza lo aprendido y al mismo tiempo te motivará más, ya que mejora la autoeficacia (es decir, la percepción que tiene uno mismo/a de lo bien que ha conseguido hacer algo).
4. Ayúdate de algunas herramientas útiles
Si quieres imitar a Francesco Cirillo puedes usar el divertido temporizador clásico de cocina, pero también existen herramientas web para medir tus pomodoros, como Moosti, Tomato Timer o Marina Timer. Recuerda: lo importante no es obsesionarse con el tiempo, sino utilizar la técnica en tu beneficio para obtener mejores resultados más rápidamente.
¿Conocías esta técnica? ¿Ya la estás usando? Si quieres estar al día y conocer trucos para rendir mejor en tus exámenes e investigaciones, no te pierdas las actualizaciones de Docendo Discitur.
4 comentarios en “Cómo utilizar la técnica pomodoro en exámenes y TFG”
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