Una parte importante de las consultas que recibo se centran en un tipo muy concreto de TFG: el de Ciencias de la Educación o Magisterio. Es muy habitual que el estudiantado se sienta desubicado ya que no se le prepara para una investigación de este tipo. Aunque analizar la cuestión sería demasiado extenso, creo que en parte tiene que ver con el excesivo peso que el plan del Grado da a las asignaturas de didáctica aplicada, en detrimento de las de conocimientos generales. Así, las habilidades transversales (buscar información, documentarse, elaborar proyectos) quedan olvidadas bajo una montaña de estrategias para enseñar. ¿Qué pasa cuando el el TFG nos exige otra cosa?
Lo lógico es reaccionar haciéndose la pregunta que más leo en mi correo electrónico: ¿cómo diseño mi TFG si nunca he hecho esto? Este post busca explicar ciertas peculiaridades de un TFG de Magisterio con el fin de facilitar su planificación y abordaje. Si es tu caso, acompáñame para descubrir las claves que te cambiarán la vida.

1. Conexión real con el currículo
El TFG de Magisterio es un tipo muy concreto de investigación que tiene que estar obligatoriamente conectada con el currículo de la C.A. y de la etapa a la que se dirige. A veces el tema puede ser interdisciplinar, por lo que deberás combinar varias competencias diferentes. Explica claramente qué competencias del currículo se van a trabajar con tu proyecto y dedica tiempo a justificarlo. Cualquier otra cosa es hacer castillos en el aire (y sí, baja nota).
2. No digas qué, explica cómo
Aunque el marco teórico es importante (echa un vistazo a cómo sacar ideas para hacerlo), un TFG de Magisterio exige un detallado inventario de las estrategias, métodos y recursos que vas a utilizar para hacer TODO lo que propones. Ten cuidado a la hora de plantear tu tema y no te vayas por las ramas: si no puedes explicar cómo lo vas a hacer, mejor no lo pongas (o reformúlalo para que encaje bien). Algunos ejemplos concretos;
- Preparación de las sesiones y objetivos de cada una por separado.
- Número de sesiones que vas a dedicar y materiales que necesitarás.
- Cronograma (si no sabes qué es, mira Cómo hacer un cronograma en Word).
- Herramientas para seguimiento y evaluación del aprendizaje obtenido o esperado.
3. Vende tus logros (reales o esperados)
Todo proyecto o propuesta didáctica se hace con un fin. Eso tiene que estar explicado en conclusiones, conectando los objetivos iniciales con lo que has logrado o esperas lograr aplicándolo. ¿Tu proyecto sirve para enseñar rutinas a alumnado con autismo? Detállalo. ¿Tu proyecto mejora los déficits de la dislexia? Desarróllalo. ¿Tu proyecto mejora habilidades motrices? Di cuáles y por qué. ¿Tu proyecto sirve para gestionar conflictos en el aula? Explica los resultados del antes y el después. Lo importante es señalar con realismo los puntos fuertes. Este apartado puede ser una de las posibles preguntas del tribunal en la defensa, así que prepáralo a conciencia para contestar con éxito y subir tu nota.
Como contenido relacionado, aquí puedes ver las claves de un TFM del Máster de Profesorado. Recuerda: aplicabilidad, solidez metodológica y conexión con el currículo son caminos seguros al éxito de un TFG de Magisterio. ¡Consúltame tus caso en Docendo Discitur!