Psicología y emociones, Tesis, TFG, TFM

Así puedes apoyar a alguien que hace TFG, TFM o tesis

Entre las decenas de consultas que recibo cada semana ha comenzado a tener entidad propia un perfil específico: progenitores y parejas desesperados por el agotamiento emocional de aquellos a quienes más quieren. A veces, intentar echar una mano y no saber cómo hacerlo muerde más fuerte que la situación misma. Puede parecer exagerado, pero es la realidad que yo palpo. No concibo mantener este blog sin estar pegada a ella, así que este post quiere dar pistas a todos los padres, madres, parejas, familiares que se preocupan por ayudar a quien está haciendo su TFG, TFM o tesis doctoral

Antes de profundizar, el primer consejo es obvio: NO te responsabilices de ninguna tarea que le corresponde en exclusiva a la persona investigadora. El TFG, TFM o tesis es una prueba de madurez y como tal debe afrontarla, con las alegrías y frustraciones que conlleva. Forma parte de su aprendizaje académico y vital. Pero sí puedes prestarle otro tipo de soporte igualmente valioso. Si tienes a una persona investigadora en casa, esto es lo que puedes hacer para apoyarle (bien) y que te lo agradezca de por vida.

guia para padres y parejas de personas  que hacen TFG, TFM tesis
Si convives con una persona investigadora, lo mejor es recorrer juntos el camino [Fuente: Pixabay]

1. Sé receptivo hacia su trabajo

No hay nada más irreal que el estereotipo del científico huraño, sumergido en disquisiciones que nadie entiende. Solo es una persona con necesidades y anhelos. Ser investigador implica una superación constante, una lucha interna por mejorar nunca satisfecha. Investigar cansa, y más si se tiene poca experiencia. El desgaste emocional de un TFG, TFM o tesis es algo difícil de transmitir a quien no lo vive, pero muy intenso en quien lo sufre. Es normal que aparezca la emocionalidad negativa e incluso miedo. En concreto, se ha demostrado que hacer la tesis puede favorecer la depresión. Si tu familiar o pareja está cansado, irritable o apático, hazle ver que puede hablar contigo y desahogarse. A veces, poner palabras a lo que pasa ayuda a deshacer los nudos que no dejan avanzar. Pero incluso si lleva bien el trabajo, interésate y pregúntale: al explicarte algo, le estarás ayudando a que lo racionalice mejor en su cabeza.   

2. Anímale y evita reproches

El método científico está hecho para dudar y ese estado mental puede pasar factura. Dile que le quieres, que confías en él o ella y que sabes que lo va a hacer bien. Frases así de simples difuminan uno de los principales miedos de la persona investigadora: la falta de confianza. Respeta su intimidad y no interrumpas su concentración. Si tienes que decirle algo importante o delicado, hazlo en un momento en el que no esté trabajando. Intenta no ser quejica y huye de los reproches. Sobre todo, ejercita la paciencia. La investigación es un mar muy profundo donde no siempre funcionan bien todos los faros. Sé para tu familiar o pareja ese apoyo incondicional que todos nos alegramos de tener cerca en algún momento. En definitiva, mantén encendida la luz.  

3. Facilítale la vida

A veces, el trabajo intelectual es tan intenso que es fácil olvidarse de uno mismo. Pónselo fácil con pequeños detalles (no sólo materiales). Prepara su  plato favorito, sorpréndele con esas deportivas que le gustaban pero no tuvo tiempo de ir a probarse, invítale a dar un paseo o a compartir vuestro hobby para descansar. Esos momentos ayudan a reconectar y a volver al trabajo con energías renovadas. Observa y permanece disponible para él o ella sin atosigar. Actúa con generosidad. Él o ella sabrá recompensártelo más adelante.

4. Siéntete orgulloso de sus logros

Cuando se acerque el momento de la defensa, incrementa tu disponibilidad con palabras y afecto. Sonríele, muestra confianza en sus resultados. Eso le tranquilizará. También es importante que sepa que su trabajo te enorgullece independientemente de la nota que obtenga. Como humanos, nos mueve el deseo de reconocimiento: saber que alguien admira lo que hacemos nos reconforta y nos motiva a perseverar. Una vez logrado el objetivo, daos el gusto de celebrarlo juntos.

La dimensión emocional es casi tan importante como la intelectual en la investigación. Por eso, cuidar la salud mental propia y del entorno es fundamental para el éxito de un TFG, TFM o tesis. En Docendo Discitur puedo ayudarte a sacar lo mejor. ¡Disfruta del proceso y a por el triunfo!