Técnicas de estudio

8 tips para sobrevivir a los exámenes

Iniciamos 2024 con el tema estrella de cualquier mes de enero universitario: los exámenes parciales. La vuelta tras el parón navideño está marcada en colores chillones en la agenda de miles de estudiantes. Ya he hablado aquí sobre cómo preparar bien los parciales, cómo afrontar cada tipo de examen o sobre cómo aplicar la técnica Pomodoro. Hoy propongo sencillos trucos que cualquier estudiante universitario puede aplicar para maximizar su esfuerzo.

Lo primero que leerás sobre los exámenes es: si quieres aprobar, debes estudiar. Esto es una perogrullada, por lo que no me voy a detener más sobre ella. Vivimos inmersos en un sistema educativo resultadista, donde lo importante es aprobar y no añadir algo útil a los conocimientos previos o incentivar la motivación exógena. Pero, con mis años de experiencia observo que la mayor parte del estudiantado de Bachillerato y Universidad no sabe estudiar, o lo hace una manera que le roba energía sin llegar a verla reflejada en sus resultados. ¿Quieres aprender a estudiar menos para estudiar mejor? Sigue leyendo.

¿Temor a los exámenes? Planificación, buenos apuntes y técnicas de estudio [Imagen: Unsplash]

8 tips para aprobar exámenes con menos esfuerzo

  1. Empieza por las asignaturas más densas y las que menos te motiven. Estudiar con la energía baja es más fácil si la materia te gusta. Aprovecha el momento álgido para las difíciles.
  2. Toma apuntes eficaces. Parece un detalle menor, pero la nota de un examen empieza en la rutina de aula. Acostúmbrate a ordenar y jerarquizar ideas, no intentes copiar todo lo que diga tu profesor o profesora: perderás perspectiva. Luego, ya en frío y sin prisa, haz tarjetas-resumen, organigramas, líneas de tiempo, mapas conceptuales, para reforzar lo importante. Cuando te pongas a estudiar, el 90% de lo que leas te sonará, al menos.
  3. Retén ideas y conceptos clave. Hoy en día, la información brilla por exceso más que por defecto. Por tanto, elegir qué es lo importante resulta imprescindible para no perder tiempo. Más que fechas o datos sueltos, memoriza ideas, conceptos, nociones, definiciones. Si enlazas, evitarás la mente en blanco. Un dato aislado no es nada; una noción en contexto es un hilo que arrastrará otros hilos y te suministrará un argumento fluido.
  4. Usa a tu favor los ciclos de atención. Es imposible que puedas estudiar dos horas seguidas al mismo nivel. No es que te aburras, es que ningún humano está preparado para ello. Los ciclos de atención duran de 15 a 20 minutos, que son los momentos que debes aprovechar para interiorizar las partes más densas de cada tema. Piensa que solo vas a aprovechar a tope 20 de cada 60 minutos de estudio, así tendrás una idea realista del tiempo que necesitarás para las asignaturas.
  5. Planifica las sesiones de estudio y las de repaso. Estudiar bien es tan importante como repasar lo ya estudiado. Incluye rutinas de repaso por cada 4-6 sesiones de estudio nuevo. Pero no te desvíes: una sesión de repaso debe durar un máximo de 30 minutos. Si en ese tiempo no tienes claro lo fundamental de lo ya visto, es que tienes que volver sobre ello a fondo.
  6. Duerme suficiente. Es difícil pensar en seguir rutinas de sueño cuando se tienen 20 años, pero al menos en exámenes, procura dormir 8-9 horas diarias. Cuando duermes, tu cerebro no descansa exactamente, sino que afianza el trabajo del día. Ayúdale también con los ojos cerrados.
  7. Cuida la alimentación con potenciadores naturales de la mente: los ácidos grasos Omega 3, las vitaminas B1 y B9 (ácido fólico) flavonoides y triptófano son esenciales para un buen funcionamiento del cerebro. Añade a tu dieta nueces, almendras, pescado azul, aceite de oliva, brócoli, tomate natural o fruta de temporada y tendrás energía para concentrarte. Un tip extra: durante el ayuno entre comidas, el cerebro funciona almacenando glucógeno, que no es lo mismo que azúcares refinados: la bollería, los snacks y las bebidas con taurina pueden parecer aliados, pero son asesinos silenciosos. Pasa de ellos.
  8. Permítete parar y reposta energías. En momentos de excesivo estrés académico, es habitual centrarse demasiado en una sola cosa para darlo todo y olvidar tus límites físicos y emocionales. Antes de que el cuerpo te de un aviso brusco, regálate un respiro de 2-4 horas haciendo una actividad que te guste y no le exija demasiado a tu cabeza: pasear, ver una serie, visitar a tu pareja, tomar una caña con amistades. Así tu entorno sabrá cómo apoyarte y podrás retomar el estudio con más ganas.

¿Conocías estos tips para estudiar mejor? Tanto si eres de Ciencias como de Letras (¿de verdad es necesario seguir discutiendo sobre esta división absurda entre cerebritos y torpes?) este post te ayudará a rendir más en época de exámenes. En Docendo Discitur nos encanta la divulgación. ¡Ánimo y suerte!