El verano es un momento para el ocio, la relajación y para poner las obligaciones a medio gas. Además, al no ser lectivo el mes de agosto, las universidades ralentizan su ritmo y solo las bibliotecas o los espacios comunes permanecen abiertos (eso sí con restricciones).
Sin embargo, el sol, el calor y el mayor tiempo disponible para hacer actividades que habitualmente no realizamos o que vamos retrasando por falta de tiempo durante el curso pueden abrirnos un camino que a lo mejor ni sospechábamos. La investigación, como la vida misma, se alimenta de experiencias, preguntas o dudas y éstas no siempre surgen en un aula o delante del ordenador. Si estás atascado/a con tu TFG o TFM, o simplemente todavía no sabes qué tema elegir, te presento tres experiencias muy propias de esta época que pueden ayudarte más de lo que piensas.

1. Leer (y disfrutar) lo que no has podido antes
Recibo decenas de consultas cada mes de estudiantes que me hacen la misma pregunta. ¿Cómo puedo mejorar mis habilidades para redactar? Uno de los secretos para ello es leer. Además, es necesario empaparse bien de un asunto si se tiene la idea de escribir sobre él. Por ello siempre recomiendo ir haciendo listas de lecturas no urgentes durante el curso y empezar a abordarlas cuando terminen los exámenes. Leer sin la presión del calendario académico es mucho más placentero y estimula la imaginación. Si no tienes muy claro por dónde empezar, aquí te dejo mis recomendaciones.
2. Viajar
Hacer un Interrail o coger la mochila e ir unos días por ahí con unos cuantos amig@s es un plan estupendo y una fuente de experiencias. Como viajar se ha puesto complicado, incluso en tiempos de pandemia, no necesitas salir de tu comunidad para hacer algo que se salga de lo común. Conocer otras formas de pensar y sobre todo, a otras personas, ayuda a expandir la mente y a plantearse preguntas o descubrir aspectos sobre los que no se había reflexionado antes. Y la reflexión es fundamental para investigar (dónde surja, es lo de menos). Por supuesto, si estás estudiando un grado relacionado con los idiomas o la traducción, visitar otros países es casi obligado. Ten en cuenta que un buen CV no se construye solo con diplomas o cursos, sino también con aptitudes y actitudes personales.
3. Trabajar a tiempo parcial o hacer voluntariado
Si buscas un curro para no depender de tus padres mientras estudias o te tira el voluntariado, estarás en contacto con distintos sectores profesionales, lo cual te ayudará a verlos de cerca y enfrentarte a sus grandezas y a sus carencias. Todo ese bagaje puedes (y debes) llevarlo luego a tu TFG o TFM. En el caso del voluntariado, además, tendrás que sumarle una experiencia muy gratificante que, seguramente, te hará pensar en repetir. Aquí tienes info sobre el Servicio de Voluntariado Europeo, pero si buscas algo más cercano también puedes contactar en tu localidad con ONGs u ofrecerte en comedores sociales, casas de acogida, hogares del transeúnte, servicios de apoyo telefónico, etc. (siempre hay colectivos vulnerables que necesitan ayuda y un par de manos más no serán rechazadas).
En Docendo Discitur no nos tomamos vacaciones y estamos siempre dispuestos a ayudarte. ¡Disfruta del verano sin dejar de aprender!