Plagio, Tesis

Por plagiar, que no quede: hasta la dedicatoria

Es conocida mi preocupación —ya como profesora, ya como divulgadora— por el plagio. Parece que todo se confabula para hacerlo fácil, y no podemos echarle la culpa solo a la IA. Pero, ¿qué sucede cuando una tesis doctoral ha sido plagiada en su totalidad?

Esto es lo que ha sucedido en el área de Informática de una universidad pública gallega, en un caso que también toca tangencialmente a otra cuyo rector es un copión reincidente y reconocido. A finales de 2024, La Universidad de Vigo se vio obligada a retirar una tesis de 2013 que copia en su mayor parte el contenido de otra leída en 2010 en la Universidad de Salamanca. La consecuencia inmediata ha sido la desposesión de su título de doctora para la usurpadora. Muchas cosas han tenido que fallar para llegar a este punto: ¿por qué nadie lo detectó en fase temprana? ¿dónde queda la labor de control del director? ¿quién resarce a la persona copiada, que sí hizo una investigación original? ¿por qué apropiarse intelectualmente de una tesis apenas tiene consecuencias laborales ni académicas para quien lo comete? Este post busca dar claves de un caso tan rocambolesco como real: la plagiadora copió hasta la dedicatoria (!).

Plagiar es un delito recogido en el Código Penal; en España apenas tiene consecuencias [Imagen: Pixabay]

Los hechos

La tesis original supera las 400 páginas y se titula Gestión del conocimiento en sistemas E-Learning, basado en objetos de aprendizaje, cualitativa y pedagógicamente definidos, presentada por una profesora de la Universidad de Salamanca, donde obtuvo el doctorado. La perjudicada lo cuenta así al periódico que narra el caso: «Hacia el 2017 me escribió una persona desconocida y me dijo que lamentaba comunicarme que mi tesis había sido plagiada. (…). Copiaba descaradamente capítulos enteros. Me ha copiado hasta la dedicatoria. Nadie me ha comentado que [fueran] a quitarle [a la plagiadora] el título de doctora», detalla. La tesis resultante está plagiada en un 59%, una cifra elevadísima que fue cotejada por la web colombiana PlagioS.OS. Este portal se dedica precisamente a destapar posibles copias irregulares.

La versión del director de la tesis retirada

La Universidad de Vigo se ha defendido diciendo que la defraudadora no se ha presentado a plazas de profesorado en esa universidad y que el proceso tardó en completarse porque es garantista. La investigación se inició a raíz de una queja anónima recibida en en el Departamento de la doctoranda sospechosa. A preguntas del periódico, su director espeta: «Mi cometido terminó con la denuncia que presenté hace ya muchos años». ¿Un profesor denuncia a su propia alumna por delinquir y sigue en su puesto? Es cierto que el único responsable del contenido de la tesis es la persona autora, pero el director tiene una responsabilidad ética y una corresponsabilidad investigadora en cuanto guía académico del proceso. ¿Cómo se hizo ese seguimiento?¿A cuántas tutorías asistió la doctoranda? ¿Cómo se seleccionó la bibliografía? ¿Quién decidió el enfoque de la investigación? ¿Cuántos borradores corrigió este director? Si sospechó algo, ¿se lo advirtió de manera clara? Si nunca sospechó, ¿es fiable como tutor? Todas son preguntas pertinentes que, me temo, no hallarán respuesta.

La plagiadora: sin titulo y fuera de España

La ya exdoctora es de nacionalidad boliviana y pertenece a la Academia Panamericana de Ingeniería. Según fuentes periodísticas, ejerce como profesora de un posgrado en un centro de enseñanza superior de Bolivia que se halla en proceso de cierre. Pero es que, además, cuenta con un fenomenal currículo que incluye una licenciatura en Ingeniería Informática y cuatro posgrados. Investigando más a fondo, uno de estos últimos, cursado también en Galicia, no es tal. La Universidad de Santiago de Compostela admite que le consta una ficha a nombre de esta persona, pero su expediente académico está vacío: nunca llegó a matricularse ni superó asignatura alguna.

Reflexión final: ¿a alguien le importa el plagio?

El artículo 270 del Código Penal español castiga con penas de uno a dos años de prisión el delito de plagio. Sin embargo, la plagiadora está fuera de España, defendió la tesis hace más de una década y la Universidad de Vigo ya ha anunciado que no va a tomar medidas adicionales. Plagiar sale barato. La enseñanza superior se ha convertido en una expendeduría de títulos cuyo valor intrínseco se depaupera con prácticas como esta. Si además de quitarle la titulación, se la inhabilitara para cargo académico (tanto a quien copia como al que lo permite, faltando a su labor de supervisión), otro gallo cantaría.

Dejando de lado la titulitis, esa enfermedad tan española (y al parecer, hispanoamericana) resulta difícil sostener la conveniencia de no plagiar ante alumnado del TFG con asuntos como este. Solo nos queda apelar a la ética científica para mantener a la Ciencia libre de plagio. Y no por una cuestión romántica o idealista: si la Ciencia no avanza, perdemos todos.

Un título universitario es algo más que un simple papel timbrado. Gánatelo sin trucos con el apoyo de Docendo Discitur. ¡Estamos para ayudarte!

FUENTE: Todos los entrecomillados proceden de: «Una profesora ve anulada su tesis por plagio y aún publicita un segundo doctorado inexistente». El País, 18/12/2024.