Actualidad, Inteligencia Artificial

¿Destruye la IA el pensamiento creativo?

Cuando empecé a investigar sobre IA, hace unos tres años, era solo una tendencia. Hoy forma parte de los contenidos de este blog con una etiqueta propia, pues ha colonizado actividades, tareas y debates. He analizado si una IA puede escribir un paper o si es detectable en el TFG. Hoy en este post pregunto: ¿puede ChatGPT afectar a la creatividad en titulaciones de Humanidades? ¿está mermando la capacidad humana para ser original?

El pensamiento crítico es INSUSTITUIBLE frente a la IA [Imagen: Freepik]

Los riesgos de la tecnología en este sentido no son nuevos. Hace más de una década que Nicholas G. Carr denunció en Superficiales: ¿qué está haciendo Internet con nuestras mentes? los efectos que Google e Internet tenían en nuestra cognición: menos capacidad de atención, menos concentración. La recomendación de no exponer a las pantallas a los menores de tres años de edad tiene sólida base científica, pues todavía no controlan impulsos ni han adquirido suficiente maduración cognitiva para sustraerse a los efectos perniciosos de devorar contenidos audiovisuales sin medida, en detrimento de la motricidad, la actividad física y la manipulación.

Abordo el debate de la influencia de ChatGPT, Perplexity y otras herramientas de IA en el pensamiento creativo a raíz de un reportaje periodístico en el que varios estudiantes explicaban sus razones para renunciar a estas ayudas. «Conseguí salvar el curso, pero me di cuenta de que no podía recordar la última vez que había escrito un ensayo por mí misma, que era mi actividad favorita. Esto fue el catalizador para que dejara de usar la aplicación», dice una joven que estudia Comunicación Política. «El curso pasado me sentí menos creativa y este curso casi no lo estoy usando. En la universidad deberíamos fomentar la experimentación, el aprendizaje y el pensamiento crítico, en lugar de copiar y pegar las preguntas en una máquina sin tan siquiera leerlas», añade otra estudiante de Periodismo. Ambas tienen razón. La cuestión de fondo es determinar si la IA es el chivo expiatorio o si es nuestra relación con la tecnología la que debe cambiar.

IA y creatividad en la universidad: 3 reflexiones

1. La IA es útil para tareas simples o sin valor añadido

Demonizar la IA en sí misma no otorga ningún aprendizaje. Como profesora y divulgadora, creo más en su uso consciente, sabiendo dónde y como sacarle partido. Pero hacer esto supone replantear muchas de las actividades y finalidades de la universidad. ¿Queremos estudiantes que piensen o borregos ilustrados que regurgiten lo estudiado? ¿Enseña la universidad adecuadamente habilidades transversales como oratoria, escritura científica o técnicas de investigación? Está claro que la IA puede optimizar procesos básicos, repetitivos o de nulo valor añadido, pero NUNCA puede sustituir la creación en todas sus dimensiones. También está en nuestras manos educar a las generaciones más jóvenes en estas habilidades como una manera de SER (no solo estar) en el mundo.

2. La IA no crea no crea nada, solo reutiliza

El exceso de uso ha terminado por desgastar el vocablo sin que sepamos realmente qué queremos decir con IA. Hasta el momento, se trata de una tecnología generativa basada en fuentes que ya existen en Internet. Por tanto, estamos ante un plagio a gran escala, reelaborado con otras palabras que presenta información existente de otra manera. ¿Puede entenderse como creatividad? En cierto modo sí, dentro de los estrechos límites del algoritmo que la gobierna (lo que se ha llamado comprensión Potemkim). Nada comparable a la inagotable creatividad humana (solo hay que observar a un niño jugando, con o sin juguetes: la capacidad simbólica es lo que nos hace Homo Sapiens Sapiens). Algunas investigaciones sugieren que abusar de la IA reduce la conectividad cerebral, así como la atención, la variabilidad de respuestas o el recuerdo de lo escrito en la resolución de una tarea. En esta línea, conviene no tomar los resultados de ChatGPT o similares como verdades, sino solo como sugerencias.

3. La IA supone un aliciente para el pensamiento crítico

El punto anterior desemboca inevitablemente en la idea de que la capacidad humana para cuestionarlo todo se vuelve insustituible ante la IA. ¿Son fiables las fuentes que ofrece? ¿Son simples páginas web, contenido publicitario, papers con respaldo contrastado? ¿Existen dichas fuentes o son fruto de alucinaciones? Toda persona que utilice la IA debe hacerse las preguntas pertinentes para asegurarse de que no está copiando el disparate aparentemente ordenado que le vomita una máquina. Y eso, la capacidad de hacerse preguntas, de poner en cuestión lo dado, sigue siendo algo intrínsecamente humano. Aprovechémoslo.

Y tú, ¿utilizas la IA en tu trabajo? Sea cual sea la respuesta a esta pregunta, en Docendo Discitur puedo ayudarte a mejorarlo. ¡Consúltame!

FUENTE: Los entrecomillados proceden de: Disidentes de ChatGPT, los estudiantes que se niegan a usar IA. El País, 22/05/2025.

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