El Sillón de Leer, Ficción

«Lolita» de Vladimir Nabokov

Tú. Sí, tú. Siéntate antes de empezar, porque EL SILLÓN DE LEER no te dejará indiferente. «Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta». Así comienza una de las novelas cumbre del erotismo contemporáneo y también un libro incómodo, obsesivo, adictivo, desgarrador, a veces nauseabundo… y magníficamente escrito. Mi padre me lo regaló a los 19 años y la leí durante mi primer verano universitario. Ya no fui la misma persona.

Vladimir Nabokov (1899-1977) fue novelista, poeta, entomólogo y profesor universitario. Nacido en el seno de una familia aristocrática, huyó de Rusia tras la Revolución de 1917, se nacionalizó estadounidense y terminó sus días en Suiza. Escribió obras en ruso e inglés con críticas discretas hasta que «Lolita» vio la luz en París en 1955 después de que Viking, Simon & Schuster, New Directions, Farrar, Straus y Doubleday la rechazaran. Finalmente fue Olympia, un sello minoritario especializado en pornografía el que se atrevió a dar el paso (y triunfó). Fue prohibida en Francia e Inglaterra. Ha conocido dos versiones cinematográficas: una de Stanley Kubrick (1962) y otra de Adrian Lyne (1997) que destruyeron las carreras de sus protagonistas femeninas. Ya en papel, ya en celuloide, ha trascendido el paso del tiempo: el DRAE recoge la acepción lolita como sinónimo de «Adolescente seductora y provocativa». ¿Existe eternidad mayor para un libro que sigue provocando 70 años después?

Lolita (Dominique Swain) y Humbert Humbert (Jeremy Irons) en una escena del film de 1997

Sinopsis

Humbert Humbert, un profesor universitario cuarentón de origen europeo, se traslada a Estados Unidos. Allí queda fascinado por Dolores Haze, de 12 años a quien familiarmente llaman Lolita y que le recuerda a Annabel, un primer amor frustrado. Su obsesión es tal que contrae matrimonio con Charlotte Haze, la madre viuda, para tener cerca a su (oscuro) objeto de deseo. Su relación está marcada por el conflicto entre la pasión y la moralidad. A lo largo de la historia, Humbert pervierte a la niña en su camino a la adolescencia, arrastrándola en un eterno viaje por la cara más polvorienta de los EE.UU. mientras explora sus propios tormentos y trata de justificar sus acciones, ante sí mismo y ante el lector.

Comentario personal

Humbert Humbert cuenta la historia desde su punto de vista en un magnífico ejemplo (quizás el más perfecto) de narrador en primera persona no confiable. Manipula la realidad y la moralidad de lo narrado, embelleciéndolo para justificarse si es necesario. Sus análisis están llenos de ambigüedad, ternura, erotismo, abuso de poder y fascinación por las preadolescentes, de quien Lolita es encarnación delicada y cruel («Mi mundo estaba escindido. No percibía un sexo, sino dos, y ninguno de ellos era el mío»; «Porque cada noche —todas y cada una de las noches— Lolita se echaba a llorar no bien me fingía dormido). La niña no es para él una persona, sino la construcción de esa «nínfula» perdida con la que intenta llenar su vacío emocional. El viaje por carreteras salpicadas de moteles y gasolineras en el que ambos se embarcan bajo apariencia de padre devoto y angelical hijita, simboliza una evasión de la realidad: prisión móvil para Lolita; fuga para Humbert.

Más que ante una novela, estamos ante un tratado de las más profundas miserias humanas tejido a base de exquisita literatura. Cualquier interpretación se queda corta por lo inabarcable de sus temáticas. Nabokov presenta la historia no solo como una exploración del deseo prohibido, sino también como una reflexión sobre el poder, la culpa y los límites morales, destripando los mecanismos de la obsesión y la auto-decepción. Su prosa elegante, irónica, barroca («Dementes conatos que me dejaban exhausto y transido de azul») mixtifica la simpatía y el rechazo hacia sus protagonistas. Esta es una de las grandezas del libro: evita siempre juicios simplistas, envolviendo al lector en la ambigüedad emocional y social del entorno de sus protagonistas. Una novela lírica, atemporal y con ritmo sostenido que deviene en road movie cuando aún se estaba construyendo este concepto. De las que al terminarla te dejan el estomago revuelto y deseando más en secreto. Porque «Lolita», con su prosa hipnótica, su erotismo febril y su descenso a los infiernos, trata en el fondo de todos los rincones oscuros que nadie quiere admitir y cualquiera puede llevar dentro.

Mi valoración

9,5/10

Lo mejor: El tono de escritura, la variedad de vocabulario y la penetración psicológica de los personajes. Lo peor: La dureza de su temática puede convertir el libro en una tortura. Absténganse almas sensibles o excesivamente puritanas.

Ficha técnica

Lolita, de Vladimir Nabokov. Editorial Anagrama. 392 páginas. Encuadernación rústica formato bolsillo. ISBN 978-84-339-2847-4.

BONUS: ‘Lolita’, fuego de nuestras entrañas: un personaje atrapado entre deseo, violencia y censura, El País, 04/10/2025

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