Aprovechando los últimos días del verano toca el turno en EL SILLÓN DE LEER a una novela realista, de degustación rápida y metabolización lenta. Durante años la recomendé como lectura de verano a mi alumnado de Magisterio por razones obvias, pero atraerá a todos aquellos que tengan interés por el pasado reciente de España. Porque bajo su sencillez, «Historia de una maestra» ofrece un trozo de historia real, dolorosa y que debemos mantener viva. Este título es la primera parte de la conocida como Trilogía de la memoria con la que su autora, Josefina Rodríguez (1926-2011), esposa de Ignacio Aldecoa, quiso rendir tributo a su propia madre y a la montaña leonesa, su cuna. Tras enviudar en 1969, eligió firmar sus novelas con el apellido de su marido, también escritor encuadrado en la Generación del 50. Ella misma fue pedagoga y directora del Colegio Estilo. Primera traductora al castellano de A sangre fría, de Capote, sus novelas huyen de artificios literarios. ¿Puede una historia de vida representar a un país? Vamos a verlo en esta reseña.
Sinopsis
En 1923, recién estrenada la dictadura de Primo de Rivera, Gabriela López obtiene su título de maestra de primera enseñanza pletórica de juventud e ilusión. Ejerce en varias escuelas rurales y en Guinea Ecuatorial, por entonces colonia española. Su vida y experiencias hasta los albores de la Guerra Civil, resume la de miles de maestros que se comprometieron con el noble ideal de sacar adelante un país analfabeto y empobrecido. El espíritu de la obra aparece contenido en un lamento de Gabriela: «¡Ay, los hombres, qué bien sueñan y qué mal despertar tienen!»
Comentario personal
La protagonista, trasunto literario de la propia madre de la autora (a quien está dedicado el libro), narra su vida desde el recuerdo, como si intentara ponerla en orden. El estilo limpio, realista recuerda a la Generación del 50 con la que sin duda Josefina trató. Los diálogos son breves y las descripciones, sensoriales («La fragancia de las flores se mezclaba con el olor al tomillo y el romero. Por la carretera vacía, la luz del sol arrancaba destellos de los guijarros clavados en el polvo».) La forma está al servicio de lo que se cuenta: el primer tercio del siglo XX español, ilusionante y convulso. Gabriela desgrana quehaceres y penurias («Nadie se me acercaba. Nadie se interesaba por lo que hacía. Solo los niños acudían a su cita diaria»), la pobreza y miseria de la España rural, la llegada de la IIª República, los cambios políticos, su boda con Ezequiel, otro maestro («Aún ahora, si vuelvo sobre aquellos años tan lejanos, tengo que confesar que, amor, amor, lo que se dice amor no había entre nosotros. Al menos, por mi parte»), la crianza de su hija («La cuna presidía nuestra vida») y el eterno dilema de las mujeres entre el hogar y la profesión. Sin duda, su experiencia africana la marca para siempre: su historia truncada con Emile, el hombre que mejor comprendía sus ansias de libertad, sobrevuela el relato en oleadas. Se trata de un libro de lectura obligada para presentes y futuros maestros, así como una novela brillantemente austera, melancólica, dura, necesaria.
Mi valoración
8/10
Lo mejor: Su acertada manera de hilvanar sucesos históricos verídicos con la peripecia de la protagonista. Lo peor: Cierta propensión al sentimentalismo y un hondo regusto amargo que crea poso en el corazón.
Ficha técnica
Historia de una maestra, de Josefina Aldecoa. Penguin-Debolsillo. 240 páginas. Encuadernación rústica formato bolsillo. ISBN 978-84-6633-163-0. La primera edición es de 1990, pero Anagrama la presenta como descatalogada. El resto de la trilogía la componen: «Mujeres de negro» y «La fuerza del destino».

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