Plagio, Publicación y redacción científica

Las predatory journals atacan de nuevo: «fake-papers»

No es la primera vez que me ocupo en este blog de las llamadas predatory journals o revistas depredadoras. Sus mañas empiezan a ser bien conocidas en el mundo académico: captación descarada de autores con dulces melodías sobre su trabajo (ya sean personas investigadoras consagradas o ilusionadas egresadas al inicio de su camino), plazos de aceptación anormalmente cortos y cobros por publicar. En esta ocasión, una noticia publicada en Nature a finales de octubre de 2021 hizo saltar las alarmas al descubrir una nueva táctica: artículos falsos “re-publicados” a partir de originales legítimos.

Las predatory journals parasitan el prestigio de las legítimas. No te dejes engañar [Imagen: Pixabay]

Es sabido que las revistas depredadoras tienden a imitar a revistas legítimas consideradas de prestigio. A veces, basta con cambiar una palabra del título, o añadirle un artículo para que sea relativamente sencillo buscar la semejanza con el nombre de la revista legítima. Las editoriales depredadoras se basan en la reputación de la revista para cobrar derechos sin prestar servicios. [Tal vez también te interese leer: El lado oscuro de la Ciencia]. El pasado verano, la académica Anna Abalkina, de la Universidad Libre de Berlín, informó de que una lista de publicaciones de COVID-19 mantenida por la Organización Mundial de la Salud contenía cientos de artículos de tres revistas de este tipo, muchos de ellos totalmente fuera de su ámbito de conocimiento. Ejemplo: una revista supuestamente sobre lingüística incluía artículos sobre COVID-19, nutrición y anemia en mujeres gestantes.

La indexación de la base de datos Lacuna descubrió otra práctica alarmante: la re-publicación de copias falsificadas de artículos de fuentes legítimas, bajo nuevos DOI (identificadores digitales), sin acreditar a la revista original, y a veces tampoco la autoría original. Si alguien se detiene a examinar con detenimiento lo que parecen ser “números atrasados” encontrará verdaderos artículos revisados por pares copiados de revistas legítimas.

Varias anomalías llevaron a descubrir que al menos nueve artículos de la revista Journal of Bone Research and Reports, bajo la marca iMEDPub LTD (un juego de letras similar a la base de datos PubMed, que ya advirtió en 2016 sobre este supuesto fraude), fueron tomados directamente de la revista Bone Reports de Elsevier (un representante de la prestigiosa empresa de contenido ha afirmado que el asunto se encuentra bajo investigación). La primera pista fueron los extraños nombres de algunos autores, como centro urbano y parlamentario (!!!). Muchos nombres propios aparecían además con un carácter extra que podría pasar por una errata (*John Smitha o *Mary Jonesb), lo que sugeriría que fueron alterados deliberadamente partiendo de un contenido previo. Una táctica pedestre y poco elaborada que, sin embargo, ha funcionado durante un tiempo. Lo cual me induce a pensar que tal vez el propio sistema de publicación científica necesite una reestructuración profunda, pero esto daría para otro post (o para varios).

¿Cómo identificar a una posible predatory journal?

Aquí te dejo unos sencillos consejos para no dejarte seducir por los cantos de sirena de las predatory journals:

  • Les gusta apelar a tu vanidad y jugar con tu ego. Desconfía de correos elogiosos pidiéndote colaboraciones o papers, aunque los firme alguien con aparente buen currículo. Esto no es Tinder y tampoco te conocen lo suficiente para saber cuán bueno eres. Si estás empezando, no entregues tu TFG o TFM bajo promesa de publicación: podrías perder derechos sobre tu trabajo.
  • Comprueba el título de la revista y su comité científico. Asegúrate de que esas personas existen (a veces, también son editores fantasmas) y están ejerciendo en instituciones reales. Lleva tiempo, sí, pero es mejor invertirlo en eso que lamentarlo luego.
  • Rastrea sin pudor en su web y accede a los números antiguos. El nivel de lo ya publicado te dará el nivel de la revista. Vigila sobre todo la coherencia temática y que los originales lleven fecha de entrega y de aceptación.
  • En caso necesario, busca la segunda opinión de una persona investigadora más experimentada. Al final, las revistas prestigiosas de cada ámbito son solo un ramillete. Quien ya ha publicado algo en una revista seria, detecta enseguida a una parasitaria.
  • Nunca adelantes dinero, por muy argumentado que te planteen el propósito o por muy fiable que parezca la pasarela de pago. No deben pedirte un pago por publicar, ante algo así, lo más seguro es huir y advertir a los colegas.

En Docendo Discitur nos encanta la publicación y redacción científica. ¡Sígueme y no te pierdas nada! Si necesitas ayuda para convertir tus textos o incluso tu TFG o TFM en artículos publicables, consúltame.

FUENTES: Este post ha sido elaborado parcialmente con información disponible en este post del blog Universo Abierto. El artículo original en inglés, publicado en Nature, está disponible aquí: Predatory publishers’ latest scam: bootlegged and rebranded papers.